Comenzó en el siglo XV a generalizarse una nueva técnica pictórica basada en la mezcla de pigmentos con un aglutinante de base de aceitosa, haciéndose su uso cada vez más extendido frente a la pintura al temple o al fresco.

La técnica de pintura al óleo comenzó a utilizarse por los pintores de la escuela flamenca (Flandes) y consiste en mezclar pigmentos de color en polvo con aceite de linaza junto con un disolvente que solía ser esencia de trementina, aunque cada pintor mantenía su fórmula en secreto para conseguir un acabado de color personalizado.

[caption id="attachment_294" align="alignright" width="235"] Jacopo Zucchi, pintura al óleo realizada sobre cobre[/caption]

El uso de pigmentos junto con aceite y disolventes permitía al artista un secado más lento de la pintura lo que favorecía realizar correcciones en la obra, realizarlas en lapsos de tiempo más amplios y una muy buena estabilidad y conservación del color.

Tan importante como la preparación del óleo, es la preparación del soporte. Primeramente fue la madera el soporte más utilizado, previamente al uso de la pintura, la madera era imprimada, bien con cola animal o con yeso, esta preparación deja la madera con una superficie más lisa y uniforme. Más tarde, en el Barroco se comenzó a utilizar el lienzo (tela de origen vegetal, generalmente fabricada de lino, cáñamo o algodón), por su posibilidad de enrollarse además de ser más resistente a las variaciones térmicas que hacen aparecer grietas en la pintura y al ataque de los insectos.

[caption id="attachment_295" align="alignleft" width="296"] Óleo sobre tabla de Leonardo Da Vinci, donde se aprecia el deterioro por los cambios en la madera[/caption]

Hoy día, esta técnica pictórica sigue siendo muy utilizada aunque los pigmentos naturales utilizados en la antigüedad, han pasado a ser sintéticos además de usarse barnices para dar una acabado más brillante a las obras.

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